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Oscar Locher

“Sin jugadores de nivel, el papel de los técnicos es relativo”
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Para Oscar Locher, DT del Equipo de todos, “Al enfrentarnos con rivales de nivel, hubo que hacer un
aprendizaje de profesionalismo y de competencia, a viajar con pocas horas de descanso, ya que todos
trabajaban. No contábamos con jugadores profesionales, en realidad lo absorbieron, lo aprendieron y
vuelvo a repetir: todos hicimos un curso permanente, fuimos aprendiendo sobre la marcha”
- El rival en la final, Atlético Tucumán, era un equipo muy profesional. ¿Cómo convenció a su equipo que podía ganarle y salir sin temor a perder?
- Los equipos tucumanos hace años que juegan con equipos de primera, la ciudad San Miguel tiene casi un millón de habitantes, un fútbol profesional; San Martín y Atlético jugaron en primera división con los grandes equipos de la A.F.A. Nosotros  jugamos ese día con 25 mil personas en la cancha, con un equipo fuerte, importante,  jugadores que después de esa campaña, como el caso de Antonio Apulqueda (la figura de Atlético), que pasó a Boca Juniors. 
Nos enfrentamos con rivales que lógicamente estaban muy lejos de lo que eran los muchachos nuestros, en cuanto a trayectoria y profesionalismo.
Yo siempre digo: si no hay jugadores buenos y de nivel, el papel que cumplen los técnicos es relativo. Uno puede ser el mejor técnico del mundo, pero si no tenés jugadores, no vas a traer los resultados. En realidad fuimos aprendiendo casi todos, sobre todo los jugadores, a jugar en forma profesional. Se entrenaba todos los días. Viajábamos el jueves para jugar el domingo, porque la distancia para recorrer en micro era larga, como ir a Formosa, Posadas, Mendoza o Tucumán. Son ochocientos o novecientos kilómetros y más. Los muchachos estaban acostumbrados a entrenar un par de veces en la semana, a jugar en la liga local y con distancias cortas que recorrer. Al enfrentarse con rivales de nivel, hubo que hacer un aprendizaje, en cuanto al profesionalismo y la competencia, a viajar con pocas horas de descanso, ya que todos trabajaban. No contábamos con jugadores profesionales, en realidad lo absorbieron, lo aprendieron y vuelvo a repetir: todos hicimos un curso permanente, fuimos aprendiendo sobre la marcha.
Ñapindá, el equipo de la década
En realidad Ñapindá era el equipo de la década, había ganado seis o siete campeonatos. Sauce metió la cola porque le ganó un partido a Defensores en la última fecha y Ñapindá empato quedándose Sauce con el campeonato y por  lo tanto con el derecho a representar a Colón en ese torneo.
De hecho, la base del equipo de todos eran seis jugadores de Ñapindá.
- Después de esa campaña se intento hacer lo mismo con San José
- Lo de San José fue similar. Fue al año siguiente, la campaña fue muy buena, ganamos. También lo dirigía, ganamos la etapa provincial y cuando llegamos a la segunda etapa, la regional, surgió un problema de documentación. Había seis jugadores que estaban a préstamo hasta el 31 de diciembre. Como Sauce, empezó la campaña en el ´86, antes de la etapa provincial. Cuando pasamos esa etapa, caducaron los préstamos, no se renovaron y a nosotros lamentablemente se nos informó que los jugadores no estaban habilitados y ya no había tiempo. Seis jugadores titulares quedaron fuera de la lista de buena fe y el equipo realmente se debilitó. Pero la campaña con San José también fue buena, ganamos la etapa provincial, le ganamos a equipos de Paraná Campaña, Concepción del Uruguay, de Concordia, que son los grandes rivales, dentro de la provincia, a vencer. 
Lo más duro son los campeonatos nacionales con equipos grandes de Buenos Aires, de Córdoba, de todo el país. Son “a plazo fijo”, es decir, se arranca en agosto y termina en agosto del año siguiente; si te va mal no podés decir en diciembre: no sigo más. Hay clubes que les ha costado la desaparición en este tipo de torneos. 
Yo creo que fue bueno, aprovechar el momento de varios jugadores de buen nivel que hubo aquí, como los hermanos Martínez, Erramuspe, Fernando Cáceres, Gabriel Acosta, Luis Franco, Sánchez, Carlitos Fernández… una camada de jugadores jóvenes y experimentados que se encontraron y jugaron todo lo que tenían que jugar para llegar donde llegamos.
- Después vino Boca Juniors
- Desde 2006 estoy trabajando en Boca Juniors.  Jugué en Boca, hice las divisiones inferiores, viví cinco años bárbaros en “La Candela”, hice amigos. Después de mucho tiempo, un amigo mío fue como coordinador del fútbol juvenil y me convocó para trabajar. Después él se fue y quedé yo. Hoy estoy trabajando en el área de captación. Recorremos el país, buscando chicos para nutrir las divisiones inferiores de Boca.
- ¿De Colón llevó algún jugador para Boca?
- De Colón no. Llevé a Tito Noir, que jugó en la primera de Boca y fue a préstamo a Newels; no tuvo un buen semestre y vuelve ahora a Boca. Llevé a chicos de Concepción del Uruguay, de Gualeguaychú. Hay varios chicos de Entre Ríos que arrimé a Boca. A otros les abrimos el camino en base a los contactos, para que prueben en otros clubes, como el caso de Pablito González, un chico de Sauce que fue a Independiente; Aguilar, de Defensores, que está en Arsenal; siempre tratamos que tengan su posibilidad, que se hagan un camino en el fútbol, que es tan lindo y hoy por hoy es una actividad rentable.
- Con su experiencia futbolística, ¿cree que en Colón se puede organizar una campaña como la del ´87?
- Es muy difícil que lleguen a la madurez deportiva con plenitud física. No digo que no. En aquel entonces eran muchachos experimentados pero jóvenes, 10 o 15 jugadores que aparte eran muy buenos. No es fácil que se de esa comunión de dirigentes, hinchas y todo. Hay demasiados intereses económicos, hay mucho egoísmo. 
Los otros días miraba en Paraná un partido de Boca por la Libertadores. La mitad del restaurante gritó el gol de los brasileños. 
¡Son cosas que pasan en el fútbol: alegrarse cuando pierde un rival de toda la vida!
También vi gente de Boca festejando el descenso de River. Yo creo que es parte de la miseria de los seres humanos. Uno tendría que alegrarse de que gane su equipo y no de que pierda el rival. 
Pero ha sido siempre así y creo que no vamos a cambiar la historia nosotros.

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