El Barrio Revista de Noticias

Editorial


Nuevo!
Editorial Nº 1
Instrucciones para editar una revista Nota del editor: nobleza obliga, este instructivo fue elaborado por los colegas de la revista Sudestada, que se ha transformado en una especie de tabla de mandamientos dentro del circuito de publicaciones “a pulmón”, como la que hoy se encuentra en sus manos. Cualquier parecido con la realidá es pura casualidá, che, diría un amigo al que encontraron con la jermu de otro. 1) Procure rodearse de sujetos más bien infames, con un pasado turbulento y sin demasiada preocupación por formalidades y disquisiciones académicas de escritorio. Tenga bien construir con ellos una sólida relación en base a principios amistosos y de compañerismo que necesariamente deberá edificar con muchos meses de antelación, incluso años. 2) Tenga bien analizar concienzudamente la situación política y económica nacional, los inconvenientes lógicos del desempleo, la falta de trabajo, su nulo patrimonio y temáticas como la devaluación, la cotización del dólar y el aumento de precios. Una vez conocida la realidad general, proceda a ignorarlo todo y tome la decisión de jugarse a todo o nada las pocas fichas que le quedan. Para superar este segundo escalón es menester poseer cierta inconsciencia primaria que viene con el envase. 3) Dispóngase con toda su humanidad a vender revistas en la puerta de obras y espectáculos de todo tipo llueva, nieve o truene. Persiga hasta el cansancio a amigos (que, en todo caso, dejarán de serlo) y conocidos para cazar suscripciones y ofrezca cómodos planes de pagos para un puñadito de anunciantes. 


Demuestre toda su predisposición a mancharse las manos con tinta, a tipear notas contra reloj, a escuchar críticas del entorno, a contar monedas, a esperar negativas, a renegar con el amigo imprentero, a buscar papel barato, a soportar ciertos personajes, etc. 4) Antes de ingresar, propóngase dejar en el umbral de la redacción sus problemas cotidianos, particularmente los ligados al ámbito económico, familiar o incluso a ciertos desengaños amorosos que nunca faltan. Una vez adentro disfrute, diviértase, actúe con pasión. Se recomienda recoger los problemas diarios una vez abandonado el recinto de redacción para evitar altercados entre los redactores y nuevos problemas. 5) En caso de visitar algún sagrado recinto de la cultura, tenga bien recordar estas necesarias posturas para no quedar fuera de lugar: en una exposición de pinturas, párese inclinado a 75 grados, frunza el ceño y tómese el mentón con la mano derecha; durante una obra teatral de intrincado argumento mire alrededor y proceda a aplaudir cuando el más despierto del público lo haga, ni antes ni después. En todos los casos, concurra al mingitorio lo menos posible e intente evitar los lugares iluminados y la compañía de uniformados o personal de seguridad. 6) Siembre a lo largo y a lo ancho de la redacción una serie de fantasmas que amenizaran su estadía y harán las veces de mitología casera bien necesaria. Los fantasmas más comunes son: el gaucho que convida unos mates asesinos con yerba La Tranquera, el alma en pena de un cobrador que azota las conciencias de cada redactor recordándole sus deudas con la publicación, una musa literata oculta en la heladera que suele visitar a los redactores los domingos por la tarde en forma de cucaracha de temibles proporciones, y la lista sigue... 8) Una vez cumplimentadas las precedentes instrucciones, proceda a cerrar los ojos un momento. Olvide todo, queme esta página y salga a la calle. Busque, busque, amigo lector. El universo es una bellísima colección de historias que todavía no han sido narradas. Empiece por donde quiera. Suerte y adelante, que aunque cueste cada vez más, la batalla continúa...

Editorial Nº 2


Por María Elena Muzzio
el_barriorevista@hotmail.com
Dos años y 3 meses han transcurrido de un hecho lamentable, que de no ser por la imprudencia y total  falta de responsabilidad del conductor del vehículo no hubiera terminado con un choque fatal en el puente sobre el Arroyo Artalaz, resultando de este la muerte de un joven, vecino de la zona. La causa caratulada como homicidio culposo es seguida por el juzgado de Concepción del Uruguay, mientras transcurre el tiempo, el dolor de los familiares y amigos es aún mayor y siguen pidiendo justicia. Cuando todo parecía que estaba lejos aún de abrirse el expediente, un halito de luz se encendió para la familia Valado y el 16 de octubre son citados para la audiencia ante el tribunal de sentencia.
Pero, ¡grande fue la sorpresa! Para quienes esperaban un juicio justo, la audiencia giró casi podemos decir a favor del autor del homicidio pidiéndose la “suspensión de este juicio a prueba” invocando y acogiéndose a la “probation”, institución legal vigente en nuestro derecho positivo. El sujeto acusado y protagonista de este hecho fatal merecedor de una condena, habría solicitado el amparo y en un plazo no mayor de no incurrir en otro delito,  quedaría suspendida la acción penal beneficiado por este mecanismo. El autor quedaría condicionado legalmente  a pagar una indemnización a la víctima o herederos  y cumplir determinadas normas de conducta realizando tareas a beneficio comunitario y o a instituciones civiles. Concretamente, el procesado ofreció pagar una suma de dinero mensual y durante un determinado periodo de tiempo, a una institución de bien público. La  audiencia se suspende, a requerimiento del magistrado que asumía su dirección y dispuso que ese ofrecimiento fuera complementado con trabajos comunitarios. Ante la posibilidad de que el acusado fuera beneficiado con la medida referida, la reacción de los familiares se tornó por momentos descontrolada ante la circunstancia. ¡Qué poco saben del dolor de la madre que sufre la pérdida del hijo en un hecho que nunca imaginó, le podía suceder!

Los mecanismos de justicia de este tipo descripto, están implantados por estos tiempos, respondiendo a algunas leyes que no son otra cosa que las herramientas que brinda la propia justicia para ser usadas o no, de acuerdo al grado del delito y que deberían saber emplear los jueces en su momento. De no haber  un cambio en la oportunidad de tomar las decisiones y establecer culpabilidades por parte de los  jueces, la balanza de la justicia perderá su equilibrio. Nuestros jueces deberían ser más profundos en los análisis en el momento de decidir entre la culpabilidad y el dolo eventual, actuando por convicción y sensatez. La sensación que nos queda, es que estamos frente a una total negación de la justicia, tanto para este caso, como para muchos otros sucedidos en el país. 

No hay comentarios: